Las várices son venas dilatadas y deformadas que suelen aparecer en las piernas y son un problema común que afecta a millones de personas. A menudo, quienes las padecen se preguntan si esta condición puede ser hereditaria. La respuesta es sí, las várices tienen un componente genético que puede aumentar la probabilidad de desarrollarlas, pero no son exclusivamente causadas por la genética.
¿Cómo influye la genética en las várices?
Las várices se desarrollan cuando las válvulas dentro de las venas no funcionan correctamente, lo que provoca que la sangre se acumule en lugar de fluir hacia el corazón. Esta disfunción puede estar influenciada por varios factores, y la predisposición genética juega un papel importante. Si uno de tus padres o abuelos tiene várices, es más probable que tú también las desarrolles debido a la herencia de características que afectan la elasticidad y fuerza de las paredes venosas.
Sin embargo, la genética no es el único factor de riesgo. El estilo de vida, la edad, el género y otros factores ambientales también influyen significativamente en el desarrollo de las várices.

Factores adicionales que contribuyen al desarrollo de várices
- Edad: Con el paso de los años, las venas pierden elasticidad, lo que facilita la aparición de várices.
- Sexo: Las mujeres son más propensas a desarrollar várices, especialmente durante el embarazo o en etapas hormonales como la menopausia.
- Estilo de vida: La falta de ejercicio, estar de pie o sentado durante largos periodos de tiempo, y el sobrepeso son factores que agravan la aparición de várices.
- Embarazo: El aumento del volumen sanguíneo y la presión sobre las venas en las piernas durante el embarazo puede promover el desarrollo de várices.

Prevención y tratamiento
Aunque tener antecedentes familiares aumenta el riesgo, existen medidas preventivas para reducir la probabilidad de desarrollar várices. Mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente y evitar permanecer mucho tiempo de pie o sentado son hábitos que ayudan a mantener una buena circulación.
Además, si ya tienes várices, existen tratamientos efectivos, desde cambios en el estilo de vida hasta procedimientos médicos, como la esclerosis o la cirugía, para tratarlas.